Cuidado para mis rodillas

Cuidado para mis rodillas

El dolor de rodillas es una molestia cada vez más común, debido a lesiones agudas, esfuerzo repetitivo, sedentarismo, entre otros. En la actualidad, el 52% de las personas que refieren dolor en las articulaciones hacen referencia al dolor en las rodillas, tanto así que se le conoce como “las articulaciones más sufridas”. Este es un dolor que afecta a personas de todas las edades y que puede prevenirse o tratarse con alternativas que ayudarán en gran medida a disminuir estas molestias.

Las afecciones en las rodillas pueden aparecer con síntomas como inflamación, rigidez, debilidad, inestabilidad, sonidos de chasquidos, crujidos o incapacidad para enderezar completamente la rodilla, y las posibles causas para la aparición de estos síntomas se dividen en lesiones (ligamento cruzado anterior, fracturas, desgarros de menisco, bursitis de rodilla, tendinitis rotuliana), artritis (osteoartritis, artritis reumatoide, gota, seudogota, artritis séptica) y problemas mecánicos (cuerpo suelto, síndrome de la banda iliotibial, dislocación de rótula, dolor de cadera o pies). Todos estos dolores pueden prevenirse cuando mantenemos un peso adecuado, practicamos algún tipo de actividad física, fortalecemos las rodillas y articulaciones, realizamos estiramientos que aumenten nuestra flexibilidad, cuidamos no forzar las rodillas en exceso, evitamos sobreesfuerzos con peso externo al que estamos en capacidad de levantar o al usar rodilleras que pueden funcionar en una gran cantidad de lesiones, como prevención o como parte de un plan de tratamiento.

El objetivo de las rodilleras es trabajar en conjunto con la estructura de la rodilla para reducir el dolor, la tensión, aumentar la estabilidad de la rodilla sin limitar su funcionamiento, para prevenir o tratar lesiones y como soporte en proceso de recuperación post quirúrgica. El modo uso de las rodilleras dependerá de qué tipo y cuál es la molestia que se requiere tratar, algunas se usan de forma permanente y otras solamente para hacer actividad física o para practicar algún deporte. Es importante que combines el uso de la rodillera con ejercicios de fortalecimiento alrededor de la rodilla y de los músculos de la pierna, mejorando la postura al caminar y realizando actividades de estiramiento y flexibilidad.

Existen diferentes tipos de rodilleras pensadas y diseñadas para atender ciertas afecciones en particular. Te contamos cuáles son las más frecuentes y su uso:

Fundas para rodillas:

Son rodilleras diseñadas con neopreno que se deslizan sobre la rodilla, algunas incluyen un relleno a la altura de la rótula, poseen una abertura en forma de círculo para que la rótula sobresalga. Estas fundas ofrecen calor, compresión y una mayor sensación de soporte a la rodilla. Ayudan a reducir el dolor y la inflamación brindando soporte luego de una lesión, pero no ofrecen una mayor estabilidad tras una intervención quirúrgica.

 

Órtesis contra deslizamiento rotuliano:

Estas rodilleras cuentan con una funda para la rodilla, una abertura en forma de círculo para la rótula y correas o refuerzos alrededor de la abertura. Limitan el movimiento de la rótula reduciendo la probabilidad de sufrir una luxación rotuliana o una subluxación. Ayudan a aliviar el dolor causado por el deslizamiento incorrecto de la rótula.

 

Rodilleras con bisagras:

Constan de una o dos bisagras de aluminio o silicona a los lados de la rodilla con correas para sostenerlas en su sitio. Están diseñadas para aumentarla estabilidad, sosteniendo los ligamentos de la rodilla.

Rodilleras para la recuperación:

Se dividen en funcionales y postoperatorias. Pueden estar hechas de una combinación de metal y plástico o metal y forros de espuma, que se ubican alrededor del muslo y la parte inferior de la pierna, poseen barras de metal a los lados de la rodilla y bisagras que se ajustan para limitar el rango de movimiento. Este tipo de rodilleras mejora la estabilidad de una rodilla lesionada. Se usan después de una lesión, mientras se espera una reconstrucción quirúrgica o después de la intervención, para proteger la rodilla reconstruida. Se puede adaptar para permitir varios niveles de movimiento, contienen la inflamación mejor que los yesos o férulas y se pueden quitar y poner fácilmente.

El uso de las rodilleras no es complejo, debes asegurarte de ponerlas correctamente para evitar que situarlas en el espacio que no corresponde ocasione un daño mayor. Si deseas recibir mayor información acerca del tipo de rodillera que se adapta mejor a tus necesidades, comunícate con nosotros en el chat o déjanos tus datos y nuestro equipo de asesores estará para brindarte el acompañamiento adecuado.

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