Las cintas kinesiológicas o vendaje neuromuscular, son cintas elásticas empleadas para tratar un músculo lesionado o con dolor, al proporcionar un soporte sensorial en la zona afectada permitiendo un rango de movimiento completo. Estas cintas fueron desarrolladas en los años setenta por el quiropráctico japones Kenzo Kase, pero fue hasta los juegos Olímpicos del 2008 donde se dieron a conocer, tras ser empleadas por la jugadora de voleibol Kerri Walsh luego de tener una lesión en su hombro. Walsh al final logró ganar una medalla de oro, lo que catapultó el éxito en el uso de estas cintas. La idea de Kenzo era cubrir la necesidad de crear algo parecido a la elasticidad de la piel humana para tratar lesiones musculares.
Este es un vendaje neuromuscular elaborado por una combinación de algodón, spandex y adhesivo, lo que lo diferencia de las cintas rígidas tradicionales. Esta cinta se logra expandir hasta en un 40% más de su longitud inicial, permitiendo de esta forma un soporte en el músculo sin restringir los movimientos.
El funcionamiento de esta cinta es posible gracias a los receptores nerviosos que tenemos en nuestra piel, conocidos como nociceptores, encargados de transportar el dolor y las afecciones hacia los músculos y las articulaciones, una vez estos receptores entran en contacto con la cinta kinesiológica presentan una compresión y descompresión en la zona y de esta manera aplican más tensión para activar un músculo o menos tensión para relajarlo. Estudios de metaanálisis han demostrado que las cintas kinesiológicas pueden mejorar la fuerza muscular y el rango de movimiento articular en las personas.
Estas cintas no se limitan al uso de atletas o deportistas de alto rendimiento, de hecho, pueden ser utilizadas en rangos amplios de tiempo para reeducar al cuerpo y retroalimentar a los músculos enseñando un desempeño más óptimo. Se pueden llevar para hacer ejercicio, realizar rutinas de alta exigencia, nadar, bañarse o realizar las actividades cotidianas, logrando estar en el cuerpo de 3 a 5 días con una correcta aplicación. Pero debes tener la precaución de que al usarlas de manera frecuente tus músculos se harán dependientes de ellas afectando su funcionamiento independiente, por lo tanto debes darles periodos de descanso entre cada uso o lesión.
Es importante que estas cintas sean puestas por un profesional capacitado en el tema, ya que al ponerlas sin saber la ubicación adecuada o el tamaño correcto para tu tipo de molestia podrías ocasionar un daño mayor, como sobre estimular un músculo muy activo o desactivar un músculo que no se encuentra funcionando de manera adecuada. En algunos casos, si se trata de una zona de fácil acceso podrás ponerte las cintas tú mismo, al adquirirlas en un lugar confiable, el personal estará capacitado en el manejo y aplicación de las mismas y podrá asesorarte para que lo hagas en casa de manera autónoma.
Al poner la cinta se debe limpiar y esterilizar muy bien la zona empleando alcohol, de esta forma la piel estará libre de suciedad y la cinta podrá adherirse correctamente. Al despegar la cinta no debe jalarse en un solo movimiento pues podrás lastimar tu piel, es importante hacerlo poco a poco para que la piel sea la que se despegue progresivamente de la cinta.
Las afecciones más frecuentes tratadas por estas cintas son: dolor en las canillas, dolor en las rodillas, hombros y espalda, fascitis plantar, dolor en el tendón de Aquiles, dolor muscular general e hinchazón. Ya que su uso puede inhibir el dolor muscular, facilitar el movimiento, reducir la hinchazón, para dar una mayor estabilidad propioceptiva y ayudar en la descompresión del tejido muscular.
Dentro de los principales beneficios de utilizar las cintas kinesiológicas encontramos: una mayor estabilidad muscular y articular pues ayuda a mejorar la contracción del músculo debilitado, no hay limitación al momento de realizar entrenamientos funcionales, ayuda a los músculos en la capacidad para contraerse aliviando así el dolor, la fatiga muscular y evitando posibles calambres.
Estas cintas poseen un efecto analgésico ya que reducen la presión de los receptores nerviosos presentes en la piel, permiten una mayor movilidad tras una lesión mejorando la respuesta neuro mecánica, reducen la inflamación y mejoran la circulación sanguínea y pueden ayudar de forma significativa a solucionar problemas de postura, pues aportan mayor consciencia del estado de nuestro cuerpo.
Si te encuentras lidiando con dolores musculares que limitan tus movimientos y restringen el desarrollo de tus actividades diarias seguramente el uso de esta herramienta neuromuscular te ayudará en gran medida a tener una mejor calidad de vida disminuyendo el dolor y devolviendo tu funcionalidad. Comunícate con nosotros o déjanos tus datos y nuestro personal capacitado en el tema se pondrá en contacto contigo para brindarte asesoría y acompañamiento adecuado para tu caso particular.
Cheers!